Ante Nuevos Tiempos, Nuevas Paternidades
Los padres de hoy en día creemos que la mejor manera de disfrutar la paternidad es aceptar que todo cambia; que para ser mejores padres necesitamos revisar cómo nos sentimos como papás, aceptar a nuestros hijos e hijas como son y saber qué necesitan en este momento, así como conocer cuáles son las alternativas que tenemos para dar respuesta a sus necesidades.
Con el pasar del tiempo, muchos padres hemos sido testigos de algunos cambios...
Los padres de hoy en día creemos que la mejor manera de disfrutar la paternidad es aceptar que todo cambia; que para ser mejores padres necesitamos revisar cómo nos sentimos como papás, aceptar a nuestros hijos e hijas como son y saber qué necesitan en este momento, así como conocer cuáles son las alternativas que tenemos para dar respuesta a sus necesidades.
Con el pasar del tiempo, muchos padres hemos sido testigos de algunos cambios...
En lo personal... los padres nos damos cuenta día con día que ya no somos los mismos de antes, que hemos tenido que enfrentar nuestros propios cambios de la infancia a la adolescencia; de la vida de estudiante a la experiencia de ejercer un oficio o profesión, de tener que ocuparnos sólo de nosotros a poco a poco, adquirir nuevas responsabilidades con una pareja, con nuestras hijas e hijos o con nuestra familia de origen. Hemos vivido la gran transformación que significa engendrar o adoptar una hija o hijo, lo que ha implicado un sin fin de emociones placenteras y de incertidumbre.
En lo social... los padres nos damos cuenta que somos diferentes a nuestros abuelos, padres e hijos, vivimos otras circunstancias, ahora podemos reinventar cómo ser papás y decidir el número de hijas e hijos que deseamos tener.
En la pareja... los padres de hoy en día nos hemos dado cuenta que todos estos cambios han influido en nuestra visión de la pareja; algunos decidimos tener una pareja, formar una familia; otros aceptar que nuestra relación ha terminado teniendo que llegar a acuerdos con ella para la crianza y convivencia con nuestros hijos e hijas; algunos mas hemos iniciado nueva relación.
Con respecto a nuestras hijas e hijos... los padres de hoy en día nos hemos dado cuenta que nuestr@s hijos e hijas cambian todos los días, lo que necesitaban de bebés, tuvo que sustituirse por más libertad en la infancia; las dudas e inquietudes de la niñez, ya no son las mismas que en la adolescencia; que comunicarnos y hablar con ellos no es igual, cuando hay que marcar límites en su comportamiento adolescente, que cuando son hombres y mujeres.
En lo social... los padres nos damos cuenta que somos diferentes a nuestros abuelos, padres e hijos, vivimos otras circunstancias, ahora podemos reinventar cómo ser papás y decidir el número de hijas e hijos que deseamos tener.
En la pareja... los padres de hoy en día nos hemos dado cuenta que todos estos cambios han influido en nuestra visión de la pareja; algunos decidimos tener una pareja, formar una familia; otros aceptar que nuestra relación ha terminado teniendo que llegar a acuerdos con ella para la crianza y convivencia con nuestros hijos e hijas; algunos mas hemos iniciado nueva relación.
Con respecto a nuestras hijas e hijos... los padres de hoy en día nos hemos dado cuenta que nuestr@s hijos e hijas cambian todos los días, lo que necesitaban de bebés, tuvo que sustituirse por más libertad en la infancia; las dudas e inquietudes de la niñez, ya no son las mismas que en la adolescencia; que comunicarnos y hablar con ellos no es igual, cuando hay que marcar límites en su comportamiento adolescente, que cuando son hombres y mujeres.
Ante Nuevos Tiempos, Nuevas Paternidades; en Coriac consideramos que algunos de los desafíos, reflexiones y actitudes que los hombres podemos reinventar para ser cada día mejores padres están apenas dibujados en el siguiente manifiesto:
SER PAPÁ ES UNA TAREA COMPARTIDA
Vivir o no con la madre de mis hijas e hijos no excluye que en todo momento compartamos equitativamente la atención de sus necesidades.
Como hijo y padre, sé que el trato que le doy a la madre de mis hijas e hijos quedará impreso en sus corazones.
SI VIVO EN PAREJA
Las relaciones más satisfactorias de pareja quizás sean aquellas donde ambos dan lo que pueden dar, aceptan y reciben lo que la otra u otro es y tiene, buscan mantener la equidad, respetan los acuerdos y se tratan con dignidad.
Al reconocer que mi pareja vale tanto como yo, y que es diferente a mi, aprendo a apreciarla, aceptarla y respetarla.
NEGOCIAR CON SENSIBILIDAD
Es necesario aprender a establecer acuerdos que consideren los deseos y las necesidades de las hijas, hijos y pareja.
En lugar de gritar o imponer mis puntos de vista, aprendo a escuchar y procuro comprender.
EDUCAR CON IGUALDAD A HIJAS E HIJOS
Las hijas y los hijos valen igual, por lo tanto todos tienen los mismos derechos y oportunidades.
Para reducir y eliminar el machismo en mis hijos, y la sumisión y la dependencia en mis hijas, evito los privilegios y la sobreprotección.
DEFIENDO MI DERECHO A LA TERNURA
Cada cual expresa su amor y cariño como mejor sabe hacerlo, aunque no siempre como los demás desean o necesitan.
Aunque me es difícil expresarlo, disfruto y defiendo mi derecho a ser tierno con mis hijas e hijos.
PARTICIPAR CON COMPROMISO Y EQUIDAD
Antes los hombres no cambiaban pañales, no hacían de comer ni limpiaban la casa. Ahora sabemos que, si todos ensuciamos, todos podemos colaborar.
SER PAPÁ ES UNA TAREA COMPARTIDA
Vivir o no con la madre de mis hijas e hijos no excluye que en todo momento compartamos equitativamente la atención de sus necesidades.
Como hijo y padre, sé que el trato que le doy a la madre de mis hijas e hijos quedará impreso en sus corazones.
SI VIVO EN PAREJA
Las relaciones más satisfactorias de pareja quizás sean aquellas donde ambos dan lo que pueden dar, aceptan y reciben lo que la otra u otro es y tiene, buscan mantener la equidad, respetan los acuerdos y se tratan con dignidad.
Al reconocer que mi pareja vale tanto como yo, y que es diferente a mi, aprendo a apreciarla, aceptarla y respetarla.
NEGOCIAR CON SENSIBILIDAD
Es necesario aprender a establecer acuerdos que consideren los deseos y las necesidades de las hijas, hijos y pareja.
En lugar de gritar o imponer mis puntos de vista, aprendo a escuchar y procuro comprender.
EDUCAR CON IGUALDAD A HIJAS E HIJOS
Las hijas y los hijos valen igual, por lo tanto todos tienen los mismos derechos y oportunidades.
Para reducir y eliminar el machismo en mis hijos, y la sumisión y la dependencia en mis hijas, evito los privilegios y la sobreprotección.
DEFIENDO MI DERECHO A LA TERNURA
Cada cual expresa su amor y cariño como mejor sabe hacerlo, aunque no siempre como los demás desean o necesitan.
Aunque me es difícil expresarlo, disfruto y defiendo mi derecho a ser tierno con mis hijas e hijos.
PARTICIPAR CON COMPROMISO Y EQUIDAD
Antes los hombres no cambiaban pañales, no hacían de comer ni limpiaban la casa. Ahora sabemos que, si todos ensuciamos, todos podemos colaborar.
Con mi ejemplo estoy educando a mis hijas e hijos.
NO A LA VIOLENCIA NI A LOS MALOS TRATOS
Los golpes, castigos e insultos no ayudan a educar: por el contrario, dejan sentimientos de desvalorización, tristeza e incomunicación.
Cuando enseño y pongo límites a mis hijas e hijos, procuro dialogar y poner el ejemplo.
NUESTRA PRESENCIA Y CERCANÍA SON SIEMPRE IMPORTANTES
La proximidad del padre y la forma en que demuestra su cercanía marcan toda la diferencia en el sentir de sus hijas e hijos.
Los mejores recuerdos que tengo de mi padre son de cuando disfrutábamos nuestra mutua compañía.
SER PAPÁ ES UN CONTINUO APRENDIZAJE
Nuestras hijas e hijos crecen obedeciendo a sus cuerpos, sensaciones y deseos; desconocen las normas sociales que poco a poco adoptan observándonos. Así aprendemos unos de otros, y al final e irremediablemente ellos se harán cargo de sus propias vidas.
En todo momento estoy aprendiendo de mis hijas e hijos.
LA PERFECCIÓN NO EXISTE; LA COMPRENSIÓN SÍ
Para ser mejor necesito revisar cómo me siento como papá y pareja, aceptar a mis hijas e hijos como son, estar dispuesto a reconocer mis errores y a dar lo mejor de mí.
No soy perfecto; todos los días intento nuevas formas de escuchar y entender a mis hijas, hijos y pareja.
APERTURA AL CAMBIO
La sociedad, la vida, la pareja, las hijas e hijos cambian; lo que en un tiempo nos funcionó como papás, ahora ya no.
Acepto que mis hijas e hijos crezcan y tomen sus propias decisiones.
EL MOMENTO ES AHORA...
Si pensamos que lo que damos no es suficiente, el momento es ahora: de dar una caricia, un abrazo, un beso, comprensión, diálogo...
Hoy sé que en la familia todas y todos somos importantes y valiosos, y que a nadie puedo excluir.
NO A LA VIOLENCIA NI A LOS MALOS TRATOS
Los golpes, castigos e insultos no ayudan a educar: por el contrario, dejan sentimientos de desvalorización, tristeza e incomunicación.
Cuando enseño y pongo límites a mis hijas e hijos, procuro dialogar y poner el ejemplo.
NUESTRA PRESENCIA Y CERCANÍA SON SIEMPRE IMPORTANTES
La proximidad del padre y la forma en que demuestra su cercanía marcan toda la diferencia en el sentir de sus hijas e hijos.
Los mejores recuerdos que tengo de mi padre son de cuando disfrutábamos nuestra mutua compañía.
SER PAPÁ ES UN CONTINUO APRENDIZAJE
Nuestras hijas e hijos crecen obedeciendo a sus cuerpos, sensaciones y deseos; desconocen las normas sociales que poco a poco adoptan observándonos. Así aprendemos unos de otros, y al final e irremediablemente ellos se harán cargo de sus propias vidas.
En todo momento estoy aprendiendo de mis hijas e hijos.
LA PERFECCIÓN NO EXISTE; LA COMPRENSIÓN SÍ
Para ser mejor necesito revisar cómo me siento como papá y pareja, aceptar a mis hijas e hijos como son, estar dispuesto a reconocer mis errores y a dar lo mejor de mí.
No soy perfecto; todos los días intento nuevas formas de escuchar y entender a mis hijas, hijos y pareja.
APERTURA AL CAMBIO
La sociedad, la vida, la pareja, las hijas e hijos cambian; lo que en un tiempo nos funcionó como papás, ahora ya no.
Acepto que mis hijas e hijos crezcan y tomen sus propias decisiones.
EL MOMENTO ES AHORA...
Si pensamos que lo que damos no es suficiente, el momento es ahora: de dar una caricia, un abrazo, un beso, comprensión, diálogo...
Hoy sé que en la familia todas y todos somos importantes y valiosos, y que a nadie puedo excluir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario