Tomado del Diario Tal Cual
" Casi 70% de la violencia contra la niñez y la adolescencia se genera dentro del hogar. Niñas, niños y adolescentes se han visto en la necesidad de convivir en un mundo donde la agresión física, social y económica es algo cotidiano, muchas veces escondida bajo el concepto de disciplina y aceptada por ser parte de una tradición o costumbre".Cecodap someterá esta premisa al debate, durante el V Seminario Creciendo Juntos "La Convivencia entre Hombres y Mujeres. ¿Basta el amor?", que se efectuará el próximo 30 de octubre en el Celarg.Según Oscar Misle, coordinador de la organización, "entre los múltiples factores generadores de violencia está la forma en que vivimos la masculinidad y la feminidad en las relaciones familiares, estudiantiles, laborales y comunitarias".Y una de las principales causas de la violencia en Venezuela "es la relación insuficiente con la figura central de la familia, sobre todo con la madre. Porque en los sectores populares el padre no pinta ni para bien, ni para mal, muchas veces para mal, pero por otras cosas, no porque pertenezca plenamente a la intimidad de la familia. Cuando la madre falla el problema es grave, falla en el cumplimiento del papel que la cultura desde hace siglos le ha venido asignando en Venezuela", afirma Alejandro Moreno, director del Centro de Investigaciones Populares (CIP) y autor de Y salimos a matar gente, quien también dictará una conferencia dentro del marco del seminario.
SER PADRE ES COSA DE HOMBRES
"El padre es un modelo necesario de comportamiento emocional, de expresión afectiva, de despliegue de recursos internos propios; de responsabilidad entendida como coherencia entre el decir y el hacer. El padre es un modelo de hombre con gestos y palabras, no de silencio autoritario. Sin embargo, este padre está ausente porque se fue, o porque aún estando físicamente presente, es invisible", dice Sergio Synai, en su publicación Ser padre es cosa de hombres.Benno de Keijzer, médico y maestro en Antropología social, invitado especial del evento, considera que hay muchos estilos y condiciones de ejercicio de la paternidad, desde las no deseadas, en las que muchos hombres terminan por desvincularse de la pareja; hasta paternidades ausentes, donde hay hombres que abandonan; pero también hay padres que aparte de ser proveedores están comprometidos con sus hijos e hijas y sus parejas."Nunca es tarde para reaprender a ser papá o para aprender cuando nunca se ha sido, lo fundamental es tener la predisposición para conocer al hijo o la hija y mantener una comunicación constante con él o ella", estima.La falta del padre, sumada a la de la madre, se convierte en una combinación dura de digerir para los hijos, en cualquier escenario social. "La madre tiene un peso enorme, por eso falla, porque no tiene más remedio, pero la falla es de atención. Eso es percibido por el niño o la niña como abandono, que no quiere decir que lo dejes en la calle, sino que no lo tomas en cuenta, que fue sustituido por otro, en fin.Enfrentar esa realidad lo convierte en un ser muy agresivo, lo que buscan en el fondo es respeto, estar por encima de la gente, aunque sean vistos como criminales, eso es suficiente", afirma Moreno. Así proliferan la violencia y la delincuencia en el país -de acuerdo con los especialistas- sin progenitores responsables, con madres hartas del doble rol, y con leyes de protección a la familia que no se hacen cumplir.
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