martes, 6 de enero de 2009

Bauman pensador de la sociedad líquida.Grageas libro Identidad.

Grageas del Libro Identidad de Bauman.
Comencemos algunas ideas generales del libro:Porque construir identidad es, en todo caso, armar un rompecabezas muy especial. Uno para el cual no tenemos todas las piezas desde el inicio, ni siquiera sabemos cuántas son y no existe un modelo terminado para tomar como referencia.
Nuestra identidad es una construcción que nos encuentra siempre sin referencia, caminando por senderos que no hemos explorado antes, sin mapas seguros, sin garantías.
Somos inventores de nuestra identidad desde la incertidumbre y el riesgo, aunque con algunas tradiciones heredadas, como punto de partida.
El tema de la identidad cobró gran relevancia en las últimas décadas, impulsado por los desafíos de la globalización que han generado en términos de este autor una nueva expresión de la modernidad que el denomina líquida, en contraposición a la solidez de la primera modernidad.
La identidad en los tiempos que corren se hace multidimensional (laboral, social, familiar, etc.). Diversos mundos que hay que cuidar simultáneamente.
La reinvención de la identidad, nos hace "estar en casa" en cualquier lado y no terminar de "estar en casa" en ninguno.
Las identidades se trasnforman, con lo cual se abandonan. La identidad tiene una doble dimensión: cultural (comunidad originaria) y personal (dominio de diseño).
Al enfrentarnos a "quiebres" nos vemos impulsados a reinventarnos para alejarnos de la irrelevancia.
Simultáneamente, miles de millones de personas no gozan del derecho a construir su propia identidad (hoy la desigualdad y la injusticia tienen más que ver con la exclusión que con la explotación).
La construcción de identidad implica el triple desafío (y riesgo) de confiar en uno mismo, en otros y también en la sociedad. La identidad que proviene de la comunidad originaria implica una tensión entre el efecto de contención y el de limitación que esta pertenencia produce.
Identidad y amor como destino compartido.
Amar significa estar decidido a compartir y a mezclar dos biografías, cada una con su diferente carga de experiencias y recuerdos y su propia singladura. Por las misma razón, significa un acuerdo de cara al futuro y, por tanto, cara a ese "gran desconocido".

En otras palabras, como observó Lucano hace dos milenios y repitió Francis Bacon muchos siglos despues, significa entregar rehenes al destino.
También significa hacerse dependiente de otra persona dotada con una libertad parecida para elegir y con voluntad para mantener dicha elección, y, por tanto, de otra persona llena de sorpresas, imprevisible.

Mi deseo de amar y ser amado solo puede culminarse si una auténtica disposición a que sea en las "duras y en las maduras" lo respalda, a comprometer mi propia libertad si fuera necesario, de modo que la libertad de la persona amada no sea violentada.

Amor como acto creativo
El amor es afín a la trascendencia, sólo es otra denominación del impulso creativo y, como tal,
está plagado de riesgos, como lo están todos los procesos creativos, que jamás saben donde va a ir a parar.En el amor no hay apaños rápidos, soluciones de una vez por todos, seguridad alguna de perpetua y total satisfacción, no hya grantia de que te devuelvan el dinero en el caso de que la satisfacción total no sea instantánea y en estado puro. Todos esos mecanísmos antiriesgo de pago que nuestra sociedad de consumo nos ha acostumbrado a esperar no se dan en el amor. Pero malcriados por los tenderos, que nos han atiborrado de promesas, hemos perdido la habilidad requerida para enfrentarnos a los riesgos y atajarlos nosotros solos. Así que tenemos tendencia a aplanar a golpes nuestras relaciones amorosas al estilo "consumista", el ùnico en el que nos sentimos cómodos y seguros.

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