Un día, siquiera, por semana ensayemos el oficio humano:
Paremos el reloj,ocultemos el calendario;no abramos periódico ni libro,ni escuchemos radio,y tomemos un ómnibus cualquieraque nos conduzca al campo.
Y una vez allí,busquemos un sitio solitario,entre pinos y los álamosa la vera del agua, si el arroyo quiere ofrecernos su cristal cercano,o en la abierta llanura donde el vientogalopa con los caballos.
Y vivamos,sí, nada más,vivamos,mientras crece la luz, y la mareade la savia asciendepor arterias de árbol;vivamos, mientras vuelan insectos, y las nubes livianas y lentas como barcos viajan al sur, y el aire conduce pájaros;sí, nada más,vivamos en reposo total como la hierbaque nos da su regazode vez en vez oyendoel oscuro corazón del mundoque late soterrano.
Sí, nada más, vivamos,solamente vivamos.
Paremos el reloj,ocultemos el calendario;no abramos periódico ni libro,ni escuchemos radio,y tomemos un ómnibus cualquieraque nos conduzca al campo.
Y una vez allí,busquemos un sitio solitario,entre pinos y los álamosa la vera del agua, si el arroyo quiere ofrecernos su cristal cercano,o en la abierta llanura donde el vientogalopa con los caballos.
Y vivamos,sí, nada más,vivamos,mientras crece la luz, y la mareade la savia asciendepor arterias de árbol;vivamos, mientras vuelan insectos, y las nubes livianas y lentas como barcos viajan al sur, y el aire conduce pájaros;sí, nada más,vivamos en reposo total como la hierbaque nos da su regazode vez en vez oyendoel oscuro corazón del mundoque late soterrano.
Sí, nada más, vivamos,solamente vivamos.
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